EL INVESTIGADOR ERRANTE

 De este proyecto no tengo ni ganas de hablar. El mundo académico y sobre todo, la carrera de profesor universitario está llena de condiciones y requisitos que a veces son absurdos, ridículos, injustos, agotadores en lo innecesario y matadores de la creatividad. Como no he conseguido entrar en el departamento de Historia del Arte de la Universidad de Cádiz (que por mi formación, trayectoria y sobre todo, interés, es donde debería estar), por una serie de desdichas y malas suertes encadenadas, además de la horda de historiadores del arte capillitas y frikis que copan esas áreas como una secta incha de enchufes y publicaciones fantasma, pues estoy en otro. En 2010 me llamaron para una sustitución como interina en el Departamento de didáctica de la Educación Física, Plástica y Musical, en el Área de Plástica. Por haber hecho Bellas Artes, vaya. Pero la experiencia me gustó muchísimo, me refiero a la docencia en la Universidad. nada que ver con otras docencias experimentadas (secundari...

Cuando terminé las carreras (Licenciada en Bellas Artes e Historia del Arte) hice el CAP. Era un curso odioso que te obligaban a hacer como salvoconducto indispensable para trabajar como docente en secundaria. Bien la idea, si estuviera bien organizado, enfocado y llevado a cabo. Aprendí muy poco. Pero hubo una cosa que sí me marcó hasta hoy y durante toda mi actividad como docente. De entre los artículos y textos que nos hicieron leer hubo uno que trataba sobre un profesor de latín y griego de la Universidad de Oxford (creo) que, a finales del siglo XIX, y con una clase de alumnos universitarios (eran solo 5 o 6 alumnos) de estudios ya avanzados universitarios sobre el tema, llevó a cabo una metodología innovadora en la clase. Bueno, en la clase no, porque lo primero que hizo fue llevárselos a su despacho, lugar agradable y "doméstico", donde no había pupitres al uso, sino una "mesa camilla" (así se llaman en Andalucía) y sillas. Por supuesto también había ...

Conforme avanzo en la carrera investigadora, más cuenta me doy de que la investigación está totalmente ausente como disciplina procedimental en los estudios básicos de formación de la persona (primaria, Secundaria, Bachillerato, etc.), donde a menudo te mandaban "hacer un trabajo" que se ejecutaba siempre con un "copia-pega" de los contenidos del wikipedia (en mis tiempos con una copia literal del contenido de alguna enciclopedia de la Biblioteca Municipal). De manera que cuando el alumno debe enfrentarse a un TFG o un TFM e incluso al Doctorado, se encuentra totalmente desorientado, confuso, desconocedor de cómo debe acometer dichos trabajos, lleno de dudas y miedos. Yo misma me he visto así, y estas fases de la formación investigadora las he superado a trompicones y realizando trabajos llenos de errores y faltos de calidad. Ya de profesora he visto a mis alumnos que deben enfrentarse a estos trabajos, con los miedos y dudas que he comentado antes. Así que po...

Cuando hice la Tesis sobre la Capilla de la Vera Cruz descubrí la figura del Arquitecto Torcuato Cayon. Me gustó. Después de su intensa vida laboral en Cádiz, cansado de la "gran ciudad", se vino a la cercana San Fernando (entonces Isla de León) a vivir sus últimos años, aquejado ya de cierta ¿artrosis? en las manos que le hizo necesitar del apoyo de su querido alumno y ahijado Torcuato Benjumeda para realizar los planos de sus últimos trabajos. Su último proyecto fue el diseño de una iglesia a San Antonio cuya construcción iba a ser costeada por él, en el solar también por él adquirido en la misma calle donde vivía (actual Vicario). Cayon murió y la iglesia, hoy desaparecida y sustituida por un bloque de pisos, fue construida tras su muerte por su viuda y por Benjumeda. De esta iglesia, por su carácter menor y porque ya no existe, no hay estudios monográficos. Voy a hacerlo yo. Me parece interesante recuperar su memoria. Esta es la calle que yo he recorrido 4 vec...

No me resisto a hacer un monográfico sobre el arquitecto Torcuato Cayon. Se lo merece. No lo tiene. Y debería ser el primero de una serie de pequeñas monografías de los grandes artistas (arquitectos, pintores y escultores) que hicieron en los siglos XVII, XVIII y XIX que Cádiz sea hoy la ciudad espectacular que es. El personaje me ha parecido simpático. Se cansó del mal rollo que había en las obras de la Catedral de Cádiz, donde era el Arquitecto Mayor y se vino a vivir a San Fernando. Se compró una casa en la calle Vicario, justo donde me he comprado yo la mía. Fotografía de Carmen Arias del retrato de Torcuato Cayon que se conserva en la Catedral de Cádiz. Hay un señor de Madrid que me ha escrito diciéndome que ha encontrado unos documentos interesantísimos sobre Torcuato Cayon, sobre una disputa que tuvo con alguna administración, y que si quería que me los mandara. Le dije que claro, que sí, y me los mandó escaneado...

Como necesito puntos de participar en Proyectos de Investigación que se hagan desde el Grupo de Investigación de la Universidad, y resulta que el Grupo no hace ninguno, me aburro de esperar y me meto en el lío de proponer al Dire, crear, coordinar y hacer yo uno. Me lo aceptan y recluto a dos doctorandos que ya conocía y que son muy activos, trabajadores y tienen muchos conocimientos, contactos y experiencia sobre el tema que vamos a investigar: las Casas Palacio de Cádiz. Siempre he sido buena dirigiendo grupos humanos, pero reconozco que es duro y difícil poner a trabajar a la gente...si no vamos a cobrar. Son muchas horas las que hay que dedicarles y tenemos que priorizar a actividades que nos permitan pagar la hipoteca y la luz. Como ningunos de nosotros somos profes de la Universidad no podemos acceder a las ayudas propias que ésta tiene para ello. El Grupo tiene muy poca asignación y nos da para fotocopias y el tren si tenemos que ir a un Congreso...pero a uno solo, no a los tres...

En el tren a Segovia. Ya he comentado, creo, que todos los años pido unas 15 o 20 becas de movilidad, investigación, etc. para conseguir las ansiadas estancias en el extranjero o participación en proyectos de investigación que necesito y que lo normal es que no consiga ninguna. Son muy competitivas y somos muchos los "investigadores errantes". O sea que cuando te llaman o recibes un mail comunicándote que has conseguido por fin una, ...¡la alegría y el subidón son espectaculares! ¡de lotería de Navidad! que te falta en ese momento en las manos una botella de champán del malo ¡para abrirla con el consabido numerito explosivo! En noviembre de 2017, estando trabajando como profe en la Escuela de Arte de Cádiz, preparando el B2 de inglés, entre manos ya un proyecto de investigación sobre las Casas Palacio de Cádiz y unas cuantas publicaciones en marcha, recibo la noticia de que he conseguido una beca de investigación de 7000 euros para realizar un proyecto (y escrib...

Este proyecto ha dado muchas vueltas. Bueno, como casi todos. Ya cuando hice el CAP en 1998 me quedé colgada con un caso de Flipped Clasroom (clase invertida, cambio de roles en la clase entre alumnos y profesor) muy antiguo en una clase de latín en la Universidad de Oxford. Pero ya hablaré de este caso en otra página. La cuestión es que me planteé por primera vez la existencia de formas diferentes de dar clase. Pero después del CAP toda mi carrera docente ha ido a trompicones, no he dado 2 años seguidos la misma materia ni en el mismo centro, con lo cual cada año casi el total de mis energías y tiempo se iban en preparar la nueva materia. He dado clase de las cosas más diversas, desde arte floral, hasta escaparatismo, cultura clásica, medios audiovisuales, patrimonio histórico o didáctica del arte. En fin, que siempre he ido dejando atrás mi interés por la innovación en las metodologías didácticas. El año pasado, mientras estaba en la Escuela de Arte de Jerez como interina de ...